Dios no desea cambiarte. Solo desea perfeccionarse en tí.
Dios no desea cambiarte, solo desea perfeccionarse en tí. Dios te ama tal cual eres porque ÉL te creo y te pensó un ser único. Utilizó un molde que no repitió, pues a cada uno de nosotros con sus propias manos nos dió rasgos y cualidades que nos hacen no una copia, sino un ser original.
No quiere cambiar tu esencia, ni tus cualidades, tu sonrisa, tu peculiaridad, sino transformar nuestra mente y nuestro corazón, para ser cada día mejores seres humanos. Sólo quiere que le permitas ser parte de tí. Que reconozcas su sacrificio en la Cruz del Calvario y que a través de una relación juntos ÉL pueda mostrarte su amor incondicional, su cobertura, su protección, el perfecto cuidado que tiene con tu vida y la de tu familia, su fidelidad. No una fidelidad de conveniencia o cuando haces todo bien, sino en todo momento, cuando podemos fallar, cuando no obramos de la manera correcta, cuando incluso nuestra familia y nuestros amigos nos puedan fallar, EL nunca falla. Desea regalarte experiencias reales.
Dios se encargará de día a día dirigirnos a ser la vasija que ÉL quiere que seamos, lo único que debemos hacer es entregarle nuestra vida y confiar en que ÉL nos dirigirá. Es en nuestra debilidad que Dios se perfecciona, porque no depende de nosotros, ÉL lo hace. ÉL nos capacitará para cumplir su plan y propósito en nuestra vida. Nuestra parte es tener la disposición y la entrega, la de Dios comenzar la obra y perfeccionarla a lo largo del camino. Siempre habrá quien te diga que no sirves, que no puedes, que no estás capacitado, tranquilo, pues es la opinión de Dios la que cuenta, y es precisamente personas imperfectas como tú y como yo las que ÉL usa y necesita para glorificarse, Sí!!! nuestra imperfección para que no olvidemos que todo depende de ÉL y no de nuestras fuerzas o méritos.
Cómo se perfecciona Dios en nuestra vida?...Cuando somos un reflejo de su amor, de su corazón, de sus pensamientos (mente), de su misericordia, de su humildad, cuando nos despojamos y quebrantamos el orgullo y servimos, cuando perdonamos, cuando no juzgamos, cuando cada cualidad de Dios es sobre nuestra vida cuando poco a poco alcanzamos un nivel de excelencia. Su sacrificio no fue en vano, por cuanto todos somos pecadores fuimos destituidos de la Gloria de Dios, más Jesús se despojo de sí mismo, y se entregó voluntariamente y padeció muerte de Cruz, para redención de nuestros pecados, cargó sobre sus hombros nuestras culpas y nos regaló su Salvación, NO porque lo merecemos sino porque su inmenso amor va más allá de nuestro entendimiento.
Filipenses 1:6 “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.
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