Transformados, sin perder nuestra esencia…
En el camino somos transformados, renovados y restaurados, tanto de pensamientos, como de sentimientos, o sea, mente y corazón; incluso físicamente porque cuando nuestro interior es transformado y restaurado se refleja en nuestro exterior. Cada uno de nosotros es creación de Dios, formado por sus propias manos y semejantes a ÉL. Lo que sucede es que a medida que vamos adquiriendo experiencias y vivencias en el camino adoptamos actitudes y un carácter que en ocasiones no es el major, es normal. DIOS es tan bueno y misericordioso que nos ama aún con esas actitudes. Es por eso, que decide con paciencia y amor aceptarnos tal cual somos, y en el camino comienza su labor de transformarnos, renovarnos y restaurarnos. Transformar: cambiar sin alterar sus características esenciales, renovar: restablecer algo y volverlo a su primer estado y restaurar: volver a poner en su estado original. Podemos ver que en los tres casos hay algo similar y es que todo se conserva en su estado original, y ...