- Apariencias v. Transparencia -
1Pedro 3 nos habla sobre las apariencias externas v. la verdadera belleza.
Y no me mal interpreten. Para nada dice que no nos podamos arreglar externamente y vernos bien. A mi en lo personal me gusta arreglarme y verme bien. No está mal hacerlo. Y la Palabra no lo prohíbe. Por el contrario. Lo que nos dice es, que ese NO debe ser NUESTRO MAYOR ENFOQUE (la apariencia externa). Porque mucho más importante y valiosa para Dios, que el adorno externo con el que nos arreglemos, es la condición interna de nuestro corazón.
(2Corintios 4:16) dice: "pues aunque por fuera nos vamos deteriorando (envejeciendo), nuestro interior se va renovando cada día". Así que por más esfuerzos que hagamos por no envejecer, es ley de vida. Pero cuánto más importante es nuestro interior para Dios, que ese no va decayendo, sino que por el contrario, mientras más vamos llenándonos de su Palabra, más nos vamos renovando y transformando para lo permanente. Lo que prevalece. Lo incorruptible. Lo Eterno.
Vivimos en un mundo que procura invertir nuestras prioridades. Hacernos creer que nuestro valor e identidad están en los éxitos terrenales que tengamos, en la apariencia física que tengamos. Que nos lleva a competir constantemente. Y a procurar la aprobación de hombres, aún si no tenemos la aprobación de Dios.
La pregunta que hoy debemos hacernos es: ¿qué me define? ¿quién me define? ¿dónde está verdaderamente mi plenitud? ¿cuál es mi identidad? ¿qué adorna externamente mis vacíos, necesidades, dolor, mi falta de perdón, mi orgullo, mi egoísmo, mis raíces de amargura, mi interior? ¿cuál es la verdadera condición de mi corazón?
Hoy el Señor nos hace un llamado a re-evaluar nuestras prioridades. A examinar nuestros corazones. Ha renovarnos en El. A RE-ENFOCARNOS. A procurar las cosas de arriba. Aquellas que no se corrompen. Y nos permiten abrazar la verdadera grandeza, belleza, IDENTIDAD y plenitud en El. Lo UNICO que llena nuestros vacíos. Y cambia nuetros lentes terrenales por los lentes sobrenaturales de la fe.
Solo Cristo restaura nuestras vidas, nos salva, nos liberta, nos sana, restaura nuestros matrimonios, familias, hijos. NO TENEMOS QUE COMPARARNOS MAS. NO TENEMOS QUE COMPETIR MAS. NO TENEMOS QUE MENTIR A OTROS, NI MENTIRNOS A NOSOTROS MISMOS MAS.
-SIEMPRE COMPARTO ESTE PENSAMIENTO: "TENEMOS UN TESTIMONIO QUE VIVIR. Y NO UNA APARIENCIA QUE GUARDAR".
Solo la transparencia nos concede libertad. No porque seamos perfectos. Porque no lo somos. Pero cuando el interior es uno real, sin maquillaje, sin adornos, vamos siendo renovados y transformados en una mejor versión de El primeramente, y de nosotros mismos. Entonces reflejamos el corazón correcto, y el interior, que cultiva el fruto del Espíritu en cada de una de sus características y manifestaciones. (Gálatas 5:22-23)
-ADORNAOS INTERNAMENTE CON: EL AMOR, EL GOZO, LA PAZ CON LOS DEMAS, LA BONDAD, LA PACIENCIA, LA HUMILDAD, LA AMABILIDAD, LA FE, EL DOMINIO PROPIO.
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