Fidelidad de Dios
No te aferres a lo que te lastime, ni cierres tu mano para retener lo que ya no quiere ser parte de tí. Cuando una puerta se cierre, recuerda que una más grande está a punto de abrirse, abre tu mano para que DIOS pueda colocar en ella lo que tiene para tí y llenará tu vida, DIOS hace todo perfecto.
Lo importante no es a cuantas situaciones te enfrentas, ni cuantas veces caes. Lo importante es que decidas creerle a DIOS en medio del desierto y comprendas que al igual que hizo con Pablo y Silas a sus ángeles enviará para que las puertas se abran y las cadenas que te inmovilizan se rompan. Lo importante es que TE LEVANTES Y DECIDAS CONTINUAR. Que en medio de nuestro dolor, haya una oración en nuestro corazón que podemos regalarle a ÉL, que en medio de nuestro dolor haya alabanzas en nuestra boca con las cuales adorarle a ÉL. Cuando activamos la FE, el trono de DIOS se estremece y todo se detiene para socorrerte. Y cuando a través de nuestras experiencias con DIOS y nuestra perseverancia servimos de ejemplo a otros, aún en medio del proceso, hemos sido instrumentos de bendición para que otros anhelen vivir y tener en sus vidas el DIOS que te ha librado y al que servimos confiados. Que la guía de tu vida no sea lo que ves, lo que escuchas, lo que te haga desesperar, sino la confianza de que el DIOS que puede sostener un cielo lleno de estrellas, de un sol, una luna, de nubes y de un universo que no cae al vacio sino que dia a dia permanece, es el DIOS que sin fallar dia a dia guiará tus pasos, será tu sustento y tu paz. El que conoce el final del camino y ya estableció lo que aún tus ojos no ven y sabe hacia donde nos lleva de la mano.
23Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia 24El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo. 25Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían. 26Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron. 27Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído. 28Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí. 29El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas; 30Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo? 31Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa. (Hechos 16:23-31)
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