Construyendo caminos hacia nuevos horizontes.
Una obra no se construye en un día. Requiere de tiempo, esfuerzo, paciencia y perseverancia. Para construir un edificio, es importante seguir los pasos que nos llevarán a construir en base segura. (i) diseñamos un plano, (ii) luego si es de nuestro agrado lo aprobamos, una vez aprobado, (iii) sacamos el permiso, y si todo está en orden (iv) comenzamos la obra. Así ocurre en nuestras vidas. Para poder construir nuestros caminos en base segura, debemos contar con la guianza de nuestro arquitecto e ingeniero por excelencia, DIOS.
Puede que en ocasiones lleguemos a sentir en medio de la decepción o de la frustración, que nuestra obra, nuestro hogar o nuestros caminos no hayan sido lo que esperábamos o que hayan tomado un rumbo distinto al que planeamos, pero no importa, siempre por más pedregoso que haya sido, en cada uno hemos dejado una huella. DIOS siempre en todo nos permite aprender, crecer y dejar algo de nosotros… y aún cuando en nuestra humanidad intentando ayudar a DIOS retrasemos la obra, al final siempre cuando le permitimos obrar y ser quien tome el control, ÉL la vuelve a levantar y nos da una nueva oportunidad con una obra sólida (cualquiera sea el nombre de nuestra obra) matrimonio, hijos, familia, trabajo, economía.
Vamos a levantar nuestra casa y nuestra vida sobre terreno seguro, sobra La Roca que es Jesús para que nada pueda derrumbarla, para que nuestros caminos sean seguros y ordenados. Cada día que confiamos en ÉL es una nueva oportunidad para trazar, con su dirección y ayuda, nuevos horizontes. Nuestro arquitecto por excelencia ya desde el principio tiene un plano diseñado para cada uno de nosotros, ÉL también es nuestro ingeniero, quien se ocupará de llevar a la realidad ese diseño de forma segura. Cuando nos enfocamos en permitir que sea ÉL quien le de forma a nuestros caminos, ÉL nos capacita y nos da las herramientas para guiados por ÉL construir y edificar. En vano lucharemos por alcanzar nuestros sueños y nuestras metas, si no es nuestro Creador quien nos dirije. Somos llamados a construir y a edificar no solo en nuestras vidas, sino en la de los demás. Lo importante no es enfocarnos en cuántos caminos hemos dejado atrás, sino en cuántos de ahora en adelante nos esforzamos por construir. DIOS siempre estará con nosotros en medio de toda obra.
Salmo 127:1 – “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican”.
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