Como las águilas...


El águila sabe cuando se aproxima la tormenta antes de que llegue. Sin embargo, NO escapa, sino que se eleva alto para esperar que los vientos lleguen. Mientras todo debajo se derrumba, vuela cada vez más alto y utiliza los mismos vientos (que en nuestro caso serían los procesos) para alcanzar altura. Al igual que nosotros, enfrentan momentos en que debe tomar una decisión difícil, o decide morir (rendirse) o decide renovarse. Su proceso de renovación es doloroso y prolongado, pero una vez decide renovarse persevera hasta el final.

Podemos ser como el águila…que aún cuando se aproxima la tormenta, no escapamos, sino que con nuestra FE y confianza puesta en Dios podemos volar por encima de ella, utilizándola como una herramienta para alcanzar altura. Ciertamente podemos atravesar por procesos que pueden ser dolorosos, pero al final nuestras alas serán renovadas y fortalecidas y podremos continuar. Rendirnos no sería una opción pues sería escapar sin ver las grandes cosas que Dios tiene para los que deciden perseverar hasta el final. Fuimos creados para las alturas, Dios espera que podamos creer y confiar en ÉL y en que en medio de la tormenta ÉL siempre está presente. Es Dios quien en nuestra acción de FE con su poder nos levanta por encima y nos lleva a lugar seguro. Las tormentas son necesarias porque a través de ellas somos renovados y nos despojamos de todo aquello que nos impide levanter el vuelo. Si eres águila, sabes que no habrá tormenta que pueda impedir que vueles alto, tendrás nuevas fuerzas y alcanzarás el éxito y la victoria en tu vida. Extiende tus alas y proponte volar!!!

Isaías 40:31 – “Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”.

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