Transformados, sin perder nuestra esencia…


En el camino somos transformados, renovados y restaurados, tanto de pensamientos, como de sentimientos, o sea, mente y corazón; incluso físicamente porque cuando nuestro interior es transformado y restaurado se refleja en nuestro exterior.

Cada uno de nosotros es creación de Dios, formado por sus propias manos y semejantes a ÉL. Lo que sucede es que a medida que vamos adquiriendo experiencias y vivencias en el camino adoptamos actitudes y un carácter que en ocasiones no es el major, es normal. DIOS es tan bueno y misericordioso que nos ama aún con esas actitudes. Es por eso, que decide con paciencia y amor aceptarnos tal cual somos, y en el camino comienza su labor de transformarnos, renovarnos y restaurarnos.

Transformar: cambiar sin alterar sus características esenciales, renovar: restablecer algo y volverlo a su primer estado y restaurar: volver a poner en su estado original. Podemos ver que en los tres casos hay algo similar y es que todo se conserva en su estado original, y así mismo sucede con nosotros. DIOS no quiere que perdamos nuestra esencia, solo desea que podamos menguar para permitirle obrar en nuestras mentes y corazones transformando y restaurando todo aquello que no nos edifica o no nos hace algún bien. Es despojarnos de esas actitudes, forma de vida, y pensamientos que no aportan nada positivo, para adoptar las enseñanzas que sin duda alguna hacen un bien a nuestra vida y nos guiarán por el camino de la verdad, las suyas.

Toda vasija tiene grietas por los golpes que recibe. DIOS utiliza esas mismas grietas para despojarnos de todo aquello que no nos permite crecer, por ellas eliminamos todo lo que está de más, pero que nos ha permitido madurar, luego con su amor sella las grietas en el proceso, ÉL es nuestro Alfarero y con sus manos nos da forma, tiene el poder de transformar nuestros pensamientos, y darnos un nuevo corazón, sin perder nuestra esencia… una vez restaurados, nos promueve para a través de nuestras vivencias bendecir a otros. A DIOS no le interesa cambiar nuestra esencia, solamente la forma en que muchas veces miramos, pero sin ver y …sí, le interesa que aprendamos a percibir lo bueno en nuestras vidas, a apreciar las bendiciones que nos regala día a día, a valorar el amor de los seres que amamos y nos aman, a modificar actitudes y comportamientos, a amar aún con imperfecciones a los demás, y también a amarnos a nosotros mismos, a no lastimar con acciones y palabras, a perdonar por grande que sea la falta, a perseverar y conquistar nuestras metas. A transformar, renovar y restaurar el mundo, y la crisis, pero sin que sus habitantes pierdan su esencia. Dios te bendiga!!!

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