Podados para dar frutos…
Para que un árbol pueda crecer fuerte y saludable y pueda dar frutos debe ser podado. La poda de un árbol es una labor muy importante y consiste, entre las más importantes, en la formación y el mantenimiento. La poda de formación es necesaria para estructurar y dar forma en los primeros años, evitando el crecimiento de hojas salvajes; la de mantenimiento elimina las ramas secas y muertas que son estorbo.
Si analizamos bien, así de importante es la labor de nuestro Padre al podar nuestras ramas como árboles que damos frutos. Su cuidado eterno, la formación que nos da con sus manos en nuestros primeros pasos, y el mantenimiento diario que nos obsequia pacientemente a medida que vamos creciendo, es lo que nos permite ser creyentes de buenos frutos. Poda y limpia nuestras ramas para que nuestro rendimiento no se detenga, sino que continuemos produciendo. Y cómo nos poda? con su Palabra alimentando nuestro espíritu, sembrando a través de ella la semilla que germinará. Separados de ÉL nada podemos, más conectados a ÉL florecemos. Qué nos poda (nos limpia)? Lo que nos impide germinar… nuestras costumbres, nuestras actitudes, nuestros pensamientos, el carácter, la pereza, el corazón.
Convertirnos en ramas secas retrasa nuestro desarrollo y crecimiento, nos imposibilita caminar, y nos resta utilidad, en lugar de ayudar al árbol a crecer, lo debilitamos y lo opacamos, más ser ramas de frutos ayuda al árbol a florecer, a crecer, a prosperar y germinar a producir como la parte del cuerpo que somos, ser de bendición. Nosotros no decidimos elegirlo, dice su palabra que ÉL nos eligió a nosotros, entonces por qué no honrar un privilegio tan grande. Jesús fue, es y será nuestro mejor ejemplo “del amor más grande”. Nos llamó amigos suyos y nos reveló sus grandezas. Piensa bien lo importante y lo grande de ser ramas unidas a la Vid, ÉL es el tronco que nos sustenta como ramas. Luego de un cuidado tan especial y único, un amor tan grande, lo menos que podemos hacer es comenzar a trabajar fuertemente y con firmeza para dar frutos. Nada debe ser obstáculo, nadie capaz de debilitar nuestra FE, el viento podrá en ocasiones soplar fuerte, pero es necesario para sacudir nuestras ramas y sacar aquellas ramas que nos impida escalar. Un árbol verde, bien podado y lleno de frutos es lo que DIOS espera ver en nosotros. Estás dispuesto a dejarte podar? Aunque la limpieza pueda doler un poco, DIOS ve lo que nosotros no vemos, y sabe porque nos conoce bien, lo que nos impide germinar. Que Dios te bendiga!!! Juan 15:1-2 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre el que la cuida. ÉL corta todas mis ramas, que no dan fruto. Poda y limpia cada rama que da fruto, para que así produzca más”.
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